El jamón ibérico tiene un sabor de lujo que siempre nos hace disfrutar, pero no hay nada que lo estropee más que una mala conservación. Por eso queremos explicarte la mejor manera de guardarlo. ¡Presta atención!
¿Qué pasa si conservamos mal el jamón?
Por encima del resto de embutidos, el jamón serrano es todo un manjar. Y, como tal, es de lo más delicado. Cuando compramos un producto de calidad, su sabor tiene múltiples matices, aromas y un gusto especialmente profundo. Y al final, como sucede con cualquier otra preparación natural (y especialmente en aquellas elaboradas con carne) la mala conservación puede echar a perder buena parte de sus propiedades.
Por eso, si hemos comprado unas lonchas de jamón ibérico y no las hemos consumido todas, es importante saber cómo conservarlas. Así las podremos degustar con el mismo sabor y calidad al día siguiente sin ningún problema.
Cómo conservar el jamón loncheado
El principal enemigo del jamón loncheado es el oxígeno, que hace que se pierda parte de su sabor. También el calor puede echar a perder sus propiedades. Y, a la vez, la proximidad de otros alimentos puede contaminar su aroma y hacer que resulte mucho menos sabroso. Por eso el envoltorio, la temperatura y el entorno son esenciales para conservarlo de la mejor manera posible.
La primera duda importante al respecto es: ¿en nevera o fuera de ella? Si en casa tenemos una temperatura ambiente de entre 15 y 20 ºC, entonces es perfectamente plausible que se quede fuera. La única situación en la que es mejor idea meterlo en la nevera es cuando el calor resulta demasiado intenso en el exterior, ya que esto puede perjudicar su sabor. En ese caso, guardarlo en el frigorífico evitará que se llegue a resecar.
Lo siguiente que hay que decidir es cómo cubrirlo. Principalmente tenemos cuatro opciones:
- Un trapo de algodón limpio o papel de cocina. La principal ventaja es que dejan transpirar. De esta manera el jamón respirará con normalidad, y mantendrá intactas sus propiedades. Eso sí: esta opción solo es válida cuando lo vamos a conservar durante un corto espacio de tiempo, ya que de lo contrario puede secarse o contaminarse con otros aromas.
- En un tupper. Esta suele ser la solución más inteligente. Si no sabemos cuándo vamos a volver a comer jamón, el tupper es lo ideal porque conserva todas las características del producto, impide que se oxide o que pierda su aroma y es el método que garantiza una mayor duración. Y, además, es una solución adecuada tanto para guardar el jamón fuera de la nevera como dentro.
- Plástico film. Suele ser de las alternativas más socorridas en cualquier casa, pero no es la más recomendable. ¿El motivo? Que el jamón no puede respirar. Podemos utilizarlo, por ejemplo, cuando solo va a estar guardado durante uno o dos días, pero no más.
- Papel de aluminio. Ocurre lo mismo que en el caso anterior. Debemos evitar utilizarlo, porque puede estropear el sabor.
¿Se puede congelar el jamón loncheado?
Otra forma de conservación, muy práctica cuando no sabemos el momento en el que vamos a consumirlo, es congelar las lonchas. Lo cierto es que no estropea en exceso el sabor del jamón, y es útil si, por ejemplo, queremos guardarlo durante meses. En este caso podemos elegir también entre un tupper o plástico film, buscando siempre un cierre hermético.
Cómo conservar el jamón deshuesado
En este caso hay que señalar que el hueso ayuda y favorece la conservación, por lo que la pieza deshuesada tendrá que consumirse mucho más rápido. Lo ideal es conservarla al vacío, de forma que no se seque, y una vez abierta todo dependerá de lo que quieras hacer con ella. Si tu intención es terminarla en pocos días, puedes volver a la taparla con un paño de algodón limpio y dejarla en la parte menos fría de la nevera. Aun así, lo ideal es que cortes por lo menos un par de lonchas al día para que no se seque demasiado la parte expuesta. Si, por el contrario, va a pasar un largo período de tiempo hasta que vuelvas a necesitar el jamón, la mejor opción es envasarlo de nuevo al vacío.
Cómo conservar el jamón en pata
Hay que apuntar una cosa: el jamón en pata debe consumirse prácticamente a diario. De lo contrario, la parte expuesta se puede ir secando y haciendo que la pieza pierda calidad en su conjunto. Más allá de eso, su forma de conservación es muy sencilla: tienes que dejarlo a temperatura ambiente, en una zona seca de la casa donde no se impregne con otros olores, y ponerle encima un paño de algodón completamente limpio. Así respirará, mantendrá su aroma y no se estropeará.
Como ves, el jamón ibérico es todo un lujo y un gusto para el paladar... Pero también hay que saber como almacenarlo y cuidarlo para que conserve su increíble sabor y propiedades todo lo posible. Así podrás disfrutar de este manjar en perfectas condiciones siempre que quieras.
El jamón ibérico es un manjar y, como tal, es necesario tratar de preservar su sabor lo mejor posible cuando lo guardemos. Pero, ¿cualquier manera vale? ¿Es igual de buena idea dejarlo en la nevera que en el exterior? Lo cierto es que no. Dependerá de cuánto tiempo vaya a pasar hasta su consumo, así como del formato en el que esté. Y es que no es lo mismo preservar jamón ya cortado en lonchas que una pata entera, ni tampoco una pata deshuesada y una sin deshuesar. ¿Quieres saber más al respecto? Entonces no te pierdas nuestra última entrada, donde te explicamos todos los detalles para que disfrutes siempre del jamón como recién cortado.
#SierraDeLasVilluercas #JamónIbérico
¿Todas las formas de guardar el jamón ibérico son igual de recomendables? La verdad es que no. Dependiendo de si se trata de jamón loncheado, deshuesado o de una pata completa, y de si pretendemos conservarlo para dentro de un par de días o a largo plazo, las recomendaciones en este aspecto pueden ser muy diferentes. Por eso hemos preparado una entrada en la que te explicamos detalladamente cómo conservar tu jamón ibérico, para que puedas disfrutar de su increíble aroma y sabor en cualquier momento. ¡No te la pierdas!