Mina Costanaza, viaje a su interior.

Extremadura es tierra minera. Durante años se han explotado aquí algunos de los yacimientos mineros más importantes de España. La mina de la Parilla, la de Albalá o las minas de hierro de Jerez de los Caballeros son un buen ejemplo de ello. En la actualidad existen más de 200 explotaciones en activo dedicadas principalmente a la extracción de áridos, granitos y pizarra y 1500 personas viven de estos yacimientos a cielo abierto, según los datos que maneja la Junta de Extremadura.

Pese a que muchas minas ya no están en activo hay algunas que han empezado a explotarse como recurso turístico y cultural. Es el caso de la Mina Costanaza en Logrosán, uno de los municipios cacereños que están integrados en el Geoparque Villuercas Ibores Jara. En su día esta fue una de las minas de fosfato más importantes de Europa y hoy, por fortuna, todo el que quiera puede adentrarse y conocerla por dentro, tanto mayores como niños pueden visitarla.

Mina Costanaza abrió por primera vez al público hace unos meses tras un largo proceso de rehabilitación y acondicionamiento. Hasta entonces era un yacimiento de fosfatos abandonado y ruinoso, pero ahora, pueden contemplarse algunas galerías y el laboratorio como centro de interpretación.

Los visitantes entran a Costanaza y mediante un ascensor descienden unos diez metros hasta el primer nivel (también se puede entrar andando). Una vez allí, recorren las galerías atravesando una pasarela metálica y una vez cruzada, suben al tren minero que consta de una locomotora y tres vagonetas como las que antaño transportaban el mineral. Ya en el tren emprenderán un recorrido a través de la galería por una vieja vía minera hasta llegar al exterior. Un paseo corto, no llega a los cien metros de recorrido, pero curioso, los niños disfrutan muchísimo de esta visita. 

Durante el recorrido el público descubrirá cómo era todo el proceso desde que se formaba la fosforita hasta que se obtenían los superfosfatos que después eran utilizados para fabricar abonos. Los visitantes se sumergen en otra realidad mediante sonidos, imágenes, maquetas, herramientas, utensilios y paneles explicativos y aprenden a identificar el filón, las características geológicas de la mina, su técnica constructiva y los espacios de trabajo de los mineros.